"La gente muere mucho antes de su muerte. La gente se instala en la seguridad, en el confort, en la conveniencia. La gente se instala en realidad en una especie de existencia tumba."
Es cierto, la gente tiene miedo a descubrir nuevos mundos, le teme a lo que hay detras de las puertas... incluso tiene miedo de soñar y que el sueño se vuelva realidad!!! Beso!
En ocasiones le tememos a ser.. a ver la vida con los ojos del alma.. le tememos a renacer, a creer y a crecer... Hay que "romper las cadenas mentales"... para vivir sin temores.. para dar un paso sin estar precavidos!
Sin embargo, he descubierto que hay gente que vive mucho más allá de la fecha de su certificado de defunción.
Gente que, tras haber apurado de un trago el último sorbo insuficiente de su vida, con una sonrisa y un corte de mangas, siguen a través de los que se han quedado dejándoles la responsabilidad de ser sus testigos,sus apéndices y sus "continuarás".
A veces olvidamos que la vida llega y se va y, ocupados en nuestro propio e intransferible egoismo, morimos tan antes de tiempo que imposibilitamos nuestra huella.
La clave no está en ignorar el final de la vida sino en vivir como si este no tuviese importancia.
Es cierto, la gente tiene miedo a descubrir nuevos mundos, le teme a lo que hay detras de las puertas... incluso tiene miedo de soñar y que el sueño se vuelva realidad!!!
ResponderEliminarBeso!
En ocasiones le tememos a ser.. a ver la vida con los ojos del alma.. le tememos a renacer, a creer y a crecer...
ResponderEliminarHay que "romper las cadenas mentales"... para vivir sin temores.. para dar un paso sin estar precavidos!
Un saludo.
Sin embargo, he descubierto que hay gente que vive mucho más allá de la fecha de su certificado de defunción.
ResponderEliminarGente que, tras haber apurado de un trago el último sorbo insuficiente de su vida, con una sonrisa y un corte de mangas, siguen a través de los que se han quedado dejándoles la responsabilidad de ser sus testigos,sus apéndices y sus "continuarás".
A veces olvidamos que la vida llega y se va y, ocupados en nuestro propio e intransferible egoismo, morimos tan antes de tiempo que imposibilitamos nuestra huella.
La clave no está en ignorar el final de la vida sino en vivir como si este no tuviese importancia.
Bicazo.
M.