El vientre de la noche aúlla
en medio de este vómito lunar,
en mitad de este desvarío existencial.
Las hienas vienen a mi encuentro
porque soy los despojos de un yo que ya no existe.
El mundo es hoy
un recodo absurdo
que arrolla y desarraiga.
Tras las esquinas se desangra el tiempo.
Tras la sombra del tiempo aguarda el grito.
Tras el grito ha de venir el ocaso más largo.
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